Vaya! Me pongo a escribir esta carta y ya he borrado varias veces las frases “otro año más”, “un nuevo encuentro”, etc. etc.

Es fácil caer en los tópicos en estas cartas alusivas a la reunión anual del Colegio. A ver si puedo evitarlos.

 

    Lo que no puedo evitar es que, a mis cincuenta y un años, mi memoria tiene que trabajar muchísimo en este día. ¿No te acuerdas de mí? ¿Cómo era tu nombre? ¿No te acuerdas del profesor tal? ¿Y dónde nos hemos visto nosotros además de en el Colegio? Y la memoria echando humo.. . .

 

    Bueno, al menos, la he ejercitado bien esta tarde. Seguro que mañanaAñada un nuevo evento para mañana tiene agujetas.

 

Tengo que confesar que después de dejar el Colegio no hice ningún esfuerzo por mantener el contacto con los antiguos compañeros. También he de reconocer que tampoco fui alguien especialmente popular allí, que pasé (creo) más bien desapercibido y por tanto supuse que nadie me echaría en falta.

 

    El año pasado Carlos Franquelo me encontró una tarde de Martes Santo en la calle de la Victoria donde yo veía pasar el Rescate, que precisamente él portaba. Y después de ver el entusiasmo con que me invitó a asistir a la próxima comida, pensé “bueno, a lo mejor no pasé tan desapercibido”, y me animé a ir. Y la verdad es que me encontré realmente bien acogido por el resto de compañeros.

 

    Este año he repetido, por supuesto. No sólo es que me apetece, es que además me siento obligado. . . A fin de cuentas, son mis compañeros.

 

    Y si se me pide resumir las sensaciones de este año, pues igual no soy muy original y expreso las mismas que los otros compañeros que aquí escriban.

 

    Por eso, lo que si quiero es dejar constancia de una sensación que he tenido durante toda la reunión y que yo agradezco cada vez más: el cariño por esta tierra. El amor por Málaga.

 

    Cada vez más me gusta disfrutar de las calles de mi Málaga, recordar los sitios de mi niñez y juventud. Me gusta animar al equipo de futbol de mi ciudad y me gusta el sentir cofrade de mi Málaga.

 

    El encuentro con estos compañeros de Los Olivos me hace revivir cada año todos esos sentimientos y doy las gracias por ello.

 

    Y antes de salir por la puerta de la Cofradía, no dejo de echar un vistazo a la derecha para ver un poquito del trono del Sepulcro. Que aunque estemos en junio, allí se respira el ambiente de la Semana más deseada.

 

    Muchas gracias a todos los que os esforzáis cada año por hacer realidad esta reunión. A Carlos Franquelo, a Paco Durán por facilitar el sitio de reunión y a Cristóbal Moya por todo el tema del alistamiento.

 

    Y a todos en general: GRACIAS y hasta el año próximo.



    Francisco Vallejo  (www.pacovallejofoto.com)