Polvorienta y vapuleada calle Alcazabilla, antaño evocadora vía
de la Málaga musulmana y antesala del barrio de la Victoria.
Pasando dos horas de mediodía, reunión de "repetidores" de la
promoción 68/75 "Colegio Los Olivos" en la Casa Hermandad más
elegante y fúnebre de Málaga, seria y oficial, orgullosa y
austera.
El
destino ha querido que treinta y cinco años después de dejar
nuestras aulas y diez tras el inicio de los reencuentros, todos
fuéramos por unas horas,……"repetidores".
Repetidores de la cita y el encuentro; el abrazo cálido de la
mano nerviosa e inquieta por la sorpresa, no por esperada menos
sorprendente; el discurso de apertura y la comida; la comida y
el discurso de cierre,…………el "ladrillo", ese trozo de
metacrilato que ya es como de la familia; la tarta, la copa y el
puro, tres sagradas instituciones que no pueden faltar en la
reunión de repetidores y en la cumbre de todo ello el sorteo y
el regalito, porque nunca ha llegado a tener la categoría de
regalo, todo el mundo lo conoce por el regalito. Y tras todo
ello la inevitable sucesión de copas, humo, sensaciones,
evocaciones, recuerdos, anhelos, disposiciones, intenciones,
voluntades, opiniones, experiencias, complicidades, anécdotas,
vivencias y sobre todo la vitalidad sana de un grupo que
independientemente del número de comensales crece en armonía,
prudencia, saber estar, comunicación, amistad, solidaridad,
profundidad, respeto y cariño. Porque la base de este
maravilloso grupo de repetidores y la magia de un éxito que
ninguna otra promoción ha sido capaz de igualar pese a los
múltiples intentos, está en vosotros y vuestra capacidad para
querer y sorprender, para convocar y asistir, para vivir y
deleitar.
A
todos esos maravillosos alumnos repetidores y a ese profesor no
menos repetidor que siempre nos acompaña y no nos olvida
,………………………
¡¡¡¡¡¡¡¡GRACIAS POR SEGUIR REPITIENDO!!!!!!!!!
Cristóbal L. Moya-Angeler Pajares
Málaga viernes 4 de junio de 2010