Hola a todos.

 

¿Qué puede decirse sobre la reunión anual con tus compañeros de promoción del "cole"?  Es algo tan emotivo.....durante unas horas me parece que vuelvo a ser otra vez uno de esos niños que se ven en las fotos en blanco y negro de la revista. Niños con pantalones bastante cortos y calcetines bastante altos,  en cuya mirada se transluce el deseo de crecer para mirar a la vida frente a frente. Durante esos años nuestras hormonas  nos cambiaron la voz  pero, también, nos reafirmaron nuestros ideales a base de patadas al balón en los recreos y de  innumerables ejemplos de superación y esfuerzo recibidos por nuestros educadores. Perdimos algunas batallas pero acabamos ganando la guerra de nuestra adolescencia y mocedad. Se puede afirmar que somos como somos porque fuimos como fuimos.

 

Quiero agradecer la callada y eficaz labor que realizan Carlos Franquelo, Cristóbal Moya, Manolo Jiménez y algunos otros que me dejo en el tintero. Nosotros lo vemos todo organizado cuando llegamos al lugar decidido pero sin duda los preparativos son arduos. De nuevo mis más efusivas felicitaciones por lo bien que sale todo y la tarde tan agradable que pasamos juntos.

 

Desde aquí hago votos  para que cada año nos reunamos un mayor número de compañeros y podamos hacer nuestra fiesta anual todavía más completa. Para este granito de arena, permitidme parafrasear a Miguel Hernández, uno de nuestros más insignes poetas que al final de su Elegía nos regala con esto:

 

"A las aladas almas de las rosas

 del almendro de nata te requiero,

 que tenemos que hablar de muchas cosas,

 compañero del alma, compañero”.

 

Un fuerte abrazo a todos.

 

Manuel Antonio Higueras Díaz