Es el año que he llegado mas tarde a la comida del colegio, venía como el conejo blanco aquel de Alicia en el país de las maravillas, reloj en mano diciendo aquello de "llego tarde, llego tarde, llego tarde"....... y efectivamente llegué tarde.
 
Y subo las escaleras pensando que seguro que ya no queda nada, ¡pues menudos son los de los Olivos con un buen almuerzo y su correspondiente vinito por delante!, y eso si no me había quedado sin sitio, que en estas reuniones toooooodo puede pasar.
 
Llego arriba y nada, todo era falsa alarma, alguien (la verdad no recuerdo quien) me señaló una silla, "Antonio, ahí tenes tu sitio". Uno con eso ya respira mas tranquilo, lo malo es que miro a los comensales con los que tengo que compartir almuerzo y así, a bote pronto, no reconozco a ninguno, bueno si acaso al "Heredia" pero ya está. Serían de francés, o de los que no pasaron por los Agustinos ¡que se yo!, pero bueno espero integrarme lo mejor posible, por mi parte haré lo que pueda.
 
No hizo falta, acababa de llegar y uno ya me llenaba la copa mientras otro me alargaba una tapita de lomo, el almuerzo fué genial como todos los años. Ya he quedado en ver a Gustavo algún viernes al volver del trabajo que me pilla de camino, y el año próximo si como con ellos estupendo, y si es con otros pues igual, que lo que está claro es que la camaradería abunda y sobra en nuestras comidas, y da igual que vinieras de los Agustinos y te diera clase "El Bombilla" en Ingreso o que te arrimaras a Los Olivos mas mayorcito, que fueras de francés con "El gato" o de inglés con con "El Benedito" somos simplemente, la promoción del 68-75 (o al menos eso pone el boli).
 
Gracias a todos por compartir, aunque sea solo una vez al año, esos recuerdos.

Antonio Ortega