Va para siete años que vengo asistiendo a las reuniones del primer viernes de junio con

vosotros, compañeros. Esta fecha se ha convertido ya para mi en punto de referencia a

lo largo del año, algo así, salvando las distancias, como el fin de año o esas otras fechas

que cada uno tenemos en nuestro anuario particular y que marcan los tiempos de

nuestras vidas.

Esta cita, ya ineludible para mi, me realimenta de buenas sensaciones y me trae

recuerdos de una época que fue como la antesala de muchas cosas que ocurrieron

después y que gracias a la perspectiva del tiempo que ha pasado puedo llegar a la

conclusión que fueron para bien.

Me encuentro muy a gusto entre vosotros pero echo de menos a muchos

compañeros que “por h o por b” no pueden o no quieren venir, quiero creer que es más

bien por lo primero en la mayoría de los casos. Cada año llego con el gusanillo de

comprobar si alguno de los no habituales se ha decidido a venir, y bueno, siempre hay

alguna sorpresa. Hace unos días en la feria del libro me encontré con “el Carmona” que

estaba firmando libros y me dijo que había estado con problemas de salud como

efectivamente alguien dijo en la comida, pero vaya, yo lo encontré perfectamente

recuperado y con su buen humor habitual.

Nada más amigos, nos vemos si “quien sea quiere” el año que viene para volver

a disfrutar de la mutua compañía y un abrazo enorme para todos.